jueves, 8 de enero de 2009

Miles , miles

Y escucho a Miles Davis o a la trompeta de Miles Davis. Y a la trompeta de miles Davis se le encima la guitarra de John Scotfield. Y se superponen y los dos hablan y los dos tocan y los dos siguen y siguen mezclando las notas. Y yo creo que van en mi menor. Y yo siento tristeza o una especie de ensoñación o resaca o el coso ese que uno experimenta cuando prende un porro después de una noche de mucho alcohol. Y yo me doy cuenta de que anoche no bebí. Y yo me doy cuenta de que no fumo desde hace más de un año. Y son las cinco de la tarde y es verano. Y está fresco. Y está nublado. Y yo hoy leo a Bolaño. Y yo creo que lo estoy plagiando (o yo estoy seguro). Y Bolaño dice que todo lo que empieza como comedia termina como tragedia. Y Bolaño dice que todo lo que empieza como comedia termina como un responso en el vacío. Y yo le creo. Y yo siempre le creo. Y yo me acuerdo del poema en que Bolaño escucha a Barney Kessel y piensa en una chica rubia. Y yo también pienso en una chica rubia. Y yo extraño a la chica rubia o creo que la extraño. Y hace mucho que no veo a la chica rubia. Y ella ya no es más rubia o no me extraña o cree que no es más rubia y que no me extraña. Y Miles Davis sigue con su trompeta. Y yo trato de escribir. Y yo leo. Y después viene la chica rubia. Y yo no me quiero quedar o yo me quiero escapar. Y después yo me quedo. Y la chica rubia me habla. Y yo no entiendo lo que dice. Y ella sigue hablando. Y yo la sigo noentendiendo. Y yo ya me quedé. Y la chica rubia ya no me habla. Y la chica rubia ahora canta. Y a la chica rubia ahora yo la entiendo. Y yo me quedo. Y yo me quedo callado. Y yo ahora ya me siento con sueño. Y la chica rubia se duerme. Y yo la miro. Y yo me duermo o intento dormirme. Y yo la sigo viendo a la chica rubia. Y la chica rubia sigue durmiendo. Y yo no me duermo. Y yo me levanto. Y la chica rubia sigue durmiendo. Y yo cierro la puerta. Y yo ya me voy. Y yo ya me voy escapando. Y la chica rubia sigue durmiendo. Y yo ya me la voy imaginando.